Padre amado, en el inicio de este nuevo día, nos acercamos a ti con corazones llenos de gratitud por el regalo precioso de la vida y por las innumerables oportunidades que nos brindas para crecer y aprender. Reconocemos que cada amanecer es una manifestación de tu amor incondicional hacia nosotros, tus hijos, y te damos gracias por tu constante provisión y cuidado.
Confiando en tu amor infinito y en tu sabiduría divina, te pedimos, Padre amado, que nos ayudes a ser pacientes y comprensivos con quienes nos rodean. Permítenos reflejar tu amor y tu compasión en todas nuestras interacciones, mostrando paciencia hacia aquellos que nos desafían y comprensión hacia aquellos que están atravesando dificultades.
Ayúdanos a ver a los demás a través de tus ojos, Padre amado, reconociendo su dignidad y valor inherentes como tus amados hijos. Permítenos ser portadores de tu amor y gracia, extendiendo una mano amiga a aquellos que necesitan consuelo, apoyo y comprensión en sus vidas. Que nuestras acciones reflejen tu bondad y misericordia, y que podamos ser instrumentos de tu paz en un mundo lleno de conflictos y divisiones.
Que este día sea una oportunidad para crecer en nuestra capacidad de amar y servir, Padre amado. Que podamos imitar el ejemplo de tu Hijo Jesucristo, quien nos enseñó a amar sin reservas y a perdonar sin límites. Que nuestro compromiso con tu amor sea evidente en todo lo que hacemos, glorificando tu nombre y difundiendo tu amor por todo el mundo.
Gracias, Padre amado, por tu amor incondicional y por las oportunidades que nos brindas para crecer y aprender. Que este día sea una oportunidad para ser pacientes y comprensivos con aquellos que nos rodean, mostrando tu amor en todas nuestras acciones. En tu nombre oramos, confiando en tu gracia y en tu amor eterno, Amén.