AMADO DIOS, hoy te entrego mis sueños y anhelos. Sé que tú conoces lo que hay en mi corazón y confío en que me guiarás hacia lo que es mejor para mí. A veces, me siento abrumado por la incertidumbre del futuro, pero quiero recordar que tú tienes un plan perfecto para mi vida. Ayúdame a ser paciente y a confiar en tu tiempo, sabiendo que cada paso que doy me acerca a la realización de mis sueños.
Te agradezco por las oportunidades que me has dado hasta ahora y por las que aún están por venir. Que mi corazón esté siempre abierto a recibir tus bendiciones y que mis acciones reflejen mi fe en ti. Quiero ser un buen administrador de los talentos y recursos que me has confiado, y que, a través de mis esfuerzos, pueda glorificar tu nombre. Estoy listo para recibir tus bendiciones y para ser un testimonio de tu amor.